2º Samuel 22:1 “Mi Dios, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio, mi salvador. De violencia me libraste”.
Nos encontramos ante una de las muchas canciones que escribió David con el propósito de adorar y agradecer a Dios. El Rey David, por medio de sus poesías, trataba de recordar cada una de las experiencias que había vivido con el Señor. A través de este pasaje podemos ver muchas de las situaciones difíciles que David experimentó, pero también se nos muestra la fidelidad, el amor y la protección de Dios para con su siervo.
Qué maravilloso es comenzar este nuevo día meditando en todo lo que el Señor ha realizado a lo largo de nuestras vidas. Al igual que David, cada uno de nosotros que hemos sido salvados por gracia debemos adorar y agradecer con todo nuestro corazón al Señor por su fidelidad, amor y protección. Escribe una poesía, canta una canción, dibuja, ora o márcate un baile ante la mirada del Señor, pero no dejes de celebrar el tierno cuidado que Dios ha tenido para contigo en cada paso que has dado por el desierto de este mundo.
En este día cambia la petición por la adoración, quita de tus labios la queja y llena tu boca de agradecimiento. No sé que momento estas viviendo, no conozco tu prueba, tus luchas, ni el desierto que estás atravesando, pero sea cual sea la situación en la que te encuentres, te animo a cantar junto a David y a celebrar que Dios es tu fortaleza, tu escudo, tu refugio y tu salvador.