Amós 1:3

Amós 1:3 “Así ha dicho el Señor: Por tres pecados de Damasco, y por el cuarto, no revocaré su castigo: porque trillaron a Galaad con trillos de hierro”.

El nombre de Amós significa “el que lleva una carga”, y precisamente esto fue lo que recibió cuando Dios lo llamó para predicar acerca del juicio a las tribus del norte. Este profeta expuso los pecados sociales y religiosos y advirtió sobre el juicio si no se arrepentían genuinamente. Cuarenta años después de la predicación de Amós, la nación se negó a arrepentirse y cayó bajo el juicio de Dios. A pesar de que las naciones paganas eran ignorantes de Dios y de su ley, eran responsables ante Él, por lo que estaban sujetas a su gobierno y a su disciplina.

La expresión “por tres pecados y por el cuarto” se repite en varios versículos dentro del libro de Amós. A través de esta frase, el profeta pretende mostrarnos cómo aquellos que persisten en sus pecados una y otra vez, algún día experimentarán el juicio y el castigo de Dios. Cada vez que el Señor ha anunciado sus juicios en diferentes momentos de la historia, Él no ha cambiado de opinión y finalmente después de mucho tiempo de paciencia y misericordia su juicio ha llegado. Los juicios de Dios son inevitables e irreversibles.

La serie de juicios pronunciados contra las distintas naciones paganas en el libro de Amós nos muestra la absoluta soberanía de Dios sobre todos los habitantes de la tierra. Dios es el Rey de Reyes y su ley está puesta para todo el mundo. La ignorancia de las personas acerca de la existencia de Dios no los exime de ser responsables delante de Él. Aquello que fue verdad en los tiempos de Amós, sigue siendo verdad hoy. Aunque parezca que la maldad de las naciones reinará por siempre, debemos saber que algún día este mundo experimentará el justo juicio y castigo de Dios.