Amós 6:4 “Duermen en cama de marfil y reposan sobre sus lechos; comen los corderos del rebaño y los novillos sacados del establo”.
En este capítulo, el profeta Amós trata con la autosuficiencia que tenía la nación, y una vez más les advierte acerca del juicio que estaban a punto de experimentar. En muchas ocasiones la prosperidad material puede distorsionar la realidad y causar insensibilidad sobre los asuntos espirituales. El pueblo de Israel a lo largo de su historia pasó en varias ocasiones de la pobreza a la riqueza, y precisamente en los momentos donde tenía prosperidad, caía en el terreno de la autosuficiencia.
Este es uno de los principales peligros que pueden traernos las riquezas y la prosperidad. Cuando nos sentimos cómodos, poderosos y seguros por todas aquellas cosas que tenemos, caemos en el error de pensar que no necesitamos al Señor. Poco a poco vamos dejando a Dios a un lado, ponemos nuestra identidad, nuestra seguridad y nuestra alegría en lo que tenemos, hasta que con el paso del tiempo nos vamos secando espiritualmente.
En ocasiones vivimos tan atrapados y enredados en el sistema caído de este mundo, que se nos olvida que dentro de muy poco llegará el juicio final de Dios. Todo cuanto tenemos y todo cuanto existe desaparecerá para siempre. Por ese motivo no debemos dejar que nuestra alma ponga su mirada en lo terrenal. No pongas tu gozo, tu identidad y tu seguridad sobre nada creado sino más bien sobre el Creador.