Amós 7:3

Amós 7:3 “Se arrepintió el Señor de esto: No será esto tampoco, dijo el Señor”.

Amós recibió una serie de visiones donde pudo ver los juicios que Dios estaba a punto de ejecutar sobre su pueblo. La visión era una de las diferentes maneras que Dios usaba para comunicarse con los profetas. En la primera visión aparecía una invasión de langostas como señal del castigo que Dios iba a enviar por las violaciones que habían realizado contra su pacto. Cuando el profeta tuvo esta experiencia, clamó e intercedió a favor del pueblo para que el Señor tuviese misericordia.

En varias ocasiones se nos dice que Dios se arrepintió y finalmente no actuó como había pensado hacerlo. Cuando Dios se arrepiente de ejecutar su juicio está mostrando la gran paciencia, misericordia y gracia que Él tiene para con su pueblo o los habitantes del mundo. A lo largo de la historia, Dios en varios momentos se arrepintió de enviar su castigo, pero sabemos que dentro de muy poco, por mucho que intercedamos, el juicio final sobre este mundo llegará y nadie lo podrá evitar.

A través de esta situación podemos ver también la importancia que tiene la intercesión, ya que en ocasiones, nuestro clamor puede mover el corazón de Dios. Moisés intercedió por el pueblo de Israel, Abraham por la ciudad de Sodoma y Jesucristo intercede en el cielo cada día por nuestras vidas. Qué maravilloso es saber que Cristo es el abogado que intercede por su pueblo ante el Padre. Nosotros experimentamos la paciencia y la misericordia de Dios no por obras que realizamos sino por los méritos de Jesucristo.