Amós 9:15 “Pues los plantaré sobre su tierra y nunca más serán arrancados de la tierra que yo les di, ha dicho el Señor, tu Dios”.
Después de una última visión acerca del futuro divino, el Señor ofrece un maravilloso mensaje de esperanza y bendición basado en su promesa del pacto con David. El libro del profeta Amós termina recordándonos que, a pesar del sufrimiento, los pecados, la rebeldía, los castigos y el juicio, el pueblo de Dios siempre puede aferrarse a las promesas del Señor. Israel sería llevado hasta la tierra donde disfrutarían del gozo y de la paz que tanto habían anhelado.
De la misma manera, todos aquellos que formamos parte de la iglesia de Cristo que es el pueblo de Dios, tenemos la seguridad, el gozo y la esperanza de saber que, tras los sufrimientos que experimentamos en este mundo, llegaremos a la tierra prometida donde disfrutaremos por toda la eternidad. Esta gloriosa noticia debería ser un motivo diario de alabanza y acción de gracias.
El mensaje de esperanza y de bendición es claro. Todos estos textos no solo apuntan al Israel del pasado, sino también al pueblo de Dios en el futuro. Las promesas del Antiguo Pacto señalan al Reino Mesiánico de nuestro Señor Jesucristo. En medio de todas tus circunstancias presentes, en medio del caos del mundo en el que nos encontramos, los hijos de Dios podemos levantar nuestra barbilla para mirar la Tierra Prometida y el festín que nos espera. Hermano y hermana, ¡celebra que vas a llegar a la meta y vas a disfrutar por los siglos de los siglos de una eternidad en los brazos de tu Padre Celestial!