Daniel 10:5

Daniel 10:5 “Alcé mis ojos y vi a un hombre vestido de lino y ceñida su cintura con oro de Ufaz”.

La visión del Cristo preencarnado y la realidad de la guerra espiritual, animaron a Daniel en medio de un tiempo de angustia personal. La descripción del varón que le fue revelado a Daniel coincide con la descripción que también tuvieron el profeta Ezequiel y el Apóstol Juan en Apocalipsis. Tanto para los santos del Antiguo como del Nuevo Testamento, ver a Cristo es siempre la mejor solución para el desánimo.

La guerra espiritual que tenemos a nuestro alrededor es real, aunque no lo vean nuestros ojos físicos lo podemos percibir con nuestros ojos espirituales. Todos los creyentes que son verdaderos hijos de Dios estamos en medio de un campo de batalla donde el enemigo de nuestras almas trata por todos los medios de atacarnos. Es por ese motivo que debemos diariamente vestirnos con toda la armadura que Dios nos ha dejado. Sólo de esta manera podremos resistir y luchar contra nuestros enemigos espirituales.

Lo más maravilloso es saber que en medio de esta batalla podemos sonreír y tener paz en nuestros corazones, al saber que la victoria la tenemos asegurada, porque Jesucristo ha vencido en la cruz del calvario. Es cierto que existe un enemigo, pero ese enemigo está vencido gracias a la sangre de Cristo. Sea cual sea la situación que estes atravesando, no olvides recordar esta impresionante verdad y sobre todo levanta tu barbilla cada día para contemplar la belleza, la gloria y el poder de Jesucristo.