Daniel 12:2 “Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados: unos para vida eterna, otros para vergüenza y confusión perpetua”.
Llegamos al final del interesante libro de Daniel. En su último capítulo, se hace referencia a lo que sucederá tanto en los seres humanos como en el mundo cuando todo termine. Y esto es lo primero que tenemos que saber, algún día absolutamente todo terminará, este mundo tal y como lo conocemos dejará de existir, y debido a la maldición del pecado toda persona experimentará el aguijón de la muerte.
Daniel habla muy claramente de la realidad de la muerte, pero también nos dice que la muerte no es el fin. Todas las personas que están muertas bajo la tierra serán resucitadas, unos para vivir y disfrutar de la presencia de Dios por toda la eternidad; y otros, por el contrario, para sentir vergüenza y sufrimiento. Para los creyentes la resurrección es la gloriosa esperanza de que su cuerpo y alma serán liberados del pecado y para siempre disfrutaremos de un cuerpo glorificado y semejante al de nuestro Señor Jesucristo.
Esta es la maravillosa noticia que ofrece el evangelio, todo aquel que haya puesto su confianza en la persona de Jesús después de la muerte vivirá por toda la eternidad. Si por el contrario estás leyendo estas palabras y Jesús no es el Señor de tu corazón, deberías ser muy consciente que el final de tu historia será muy diferente. El infierno es un lugar real donde las almas sufren por los siglos de los siglos. Por favor medita unos segundos en este breve devocional. Si no estás seguro de la salvación de tu alma corre ahora mismo hacia Cristo en arrepentimiento y fe para que cuando mueras, tus ojos sean abiertos en la dulce presencia de tu fiel y amado Señor y Salvador.