Deuteronomio 15:7

“Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerraras tu mano contra tu hermano pobre” Deuteronomio 15:7

Dios estableció diferentes leyes para aplicar justicia sobre el pueblo y tratar de regular la pobreza, la esclavitud, el trabajo, la economía y los derechos humanos. Sin lugar a dudas la Biblia es el mejor libro donde podemos encontrar valores y principios sobre la justicia social. Este versículo hace referencia a la importancia de compartir y ser generosos para que ninguna de las personas del pueblo entrara en el terreno de la pobreza.

Cuando comenzó la iglesia en Hechos de los Apóstoles vemos de la misma manera como todos los creyentes eran de un mismo sentir a tal punto que se nos dice que “no había necesitado entre ellos”. Si realmente nos llamamos y decimos HERMANOS debemos demostrarlo sobre todo en los momentos de dificultad. En las iglesias locales por encima del alquiler, los presupuestos, los materiales o la decoración debemos darles prioridad a las necesidades básicas de los hermanos.

Debemos cuidarnos para que nuestro corazón no se cierre con el egoísmo y para que nuestra mano se abra con la generosidad. El amor a Dios no se demuestra simplemente adorando, estudiando la palabra y dedicando mucho tiempo a la oración. El amor de Dios se demuestra principalmente amando a tu prójimo como a ti mismo. En medio de este tiempo de crisis e inestabilidad tenemos la oportunidad de mostrar al mundo que realmente somos una verdadera familia en el Señor cubriendo las necesidades de nuestros hermanos.