Esdras 10:11

Esdras 10:11 “Dad gloria al Señor, Dios de vuestros padres, haced su voluntad y apartaos de los pueblos de las tierras y de las mujeres extranjeras”.
 
El libro de Esdras finaliza de una manera muy sorprendente y radical. El pueblo de Israel, al regresar del cautiverio, tenía el corazón muy lejos del Señor. Una gran parte de los hombres habían dejado a sus mujeres judías con las que realizaron el pacto matrimonial para unirse con mujeres extranjeras que adoraban a otros dioses. Por ese motivo Esdras condujo al pueblo hacia el arrepentimiento e incluso dijo a los hombres que despidieran a sus mujeres paganas.
 
Esta es una escena muy fuerte y sorprendente, pero algo que debemos de saber es que a Dios no le agrada ni quiere que su pueblo esté caminando con el pecado arraigado en el corazón. El verdadero arrepentimiento no solo produce tristeza y lágrimas en los ojos, el verdadero arrepentimiento produce un cambio de pensamiento y acción para poner nuestra vida en orden. Estos hombres tuvieron que despedir a las mujeres que amaban porque entendieron que se encontraban en yugo desigual y que incluso muchos habían roto el pacto matrimonial que años atrás habían realizado con sus verdaderas esposas.
 
En medio de nuestros tiempos, debemos orar para que Dios continue levantando a líderes como Esdras que prediquen con fidelidad el consejo del Señor. Hombres que no tengan temor a los hombres, sino que solo teman al Señor y amen profundamente su Palabra. Debemos orar para que veamos y sintamos en nuestros corazones un verdadero arrepentimiento que produzca cambios radicales y frutos genuinos. Quizás el Señor nos llame a cortar con vicios, placeres, ídolos, amistades o incluso con alguna relación sentimental que no sea conforme a su voluntad. Cortar siempre es difícil y doloroso, pero solo cuando cortamos con el pecado obtenemos la libertad y recuperamos el gozo del Señor.