Esdras 5:4

Esdras 5:4 “Entonces se levantaron Zorobabel y Jesúa, y comenzaron a reedificar la casa de Dios que estaba en Jerusalén; junto a ellos se hallaban los profetas de Dios que les ayudaban”.
 
Los profetas Hageo y Zacarías animaron al pueblo para comenzar la reconstrucción del templo en Jerusalén. En ocasiones los judíos se detenían por la oposición que tenían por parte de sus enemigos, pero cada vez que esto sucedía, Dios, a través de su palabra, los animaba para que avanzaran en la obra. Después de veinte años, la predicación de Hageo y Zacarías fue el incentivo para animar a los judíos a terminar la construcción del templo.
 
A lo largo de la historia Dios siempre ha usado su palabra para traer ánimo, gozo, fe, seguridad, paz y otras muchas cosas al corazón de las personas. Dios ha contado con sus siervos para ministrar a su pueblo a través del poder de su palabra. Son las palabras de Dios las que producen vida, las que crean, las que transforman y las que ofrecen salvación al ser humano. La palabra de Dios es suficiente y es lo que necesitamos en medio de cualquier situación que estemos atravesando.
 
Al igual que la palabra de Dios animó al pueblo para seguir edificando, tú y yo necesitamos leer, estudiar, oír y meditar en la palabra de Dios para seguir edificando el Reino de Dios hasta el final de nuestros días. Cuando sientas que tu corazón tiene temor, ansiedad o incredulidad recuerda acudir siempre a las promesas del Señor reveladas en las Escrituras. La palabra de Dios es la tabla a la que debemos aferrarnos en medio de cualquier tempestad. La palabra de Dios es la que debemos de compartir y predicar para que las personas conozcan a Cristo y reciban la vida eterna. El cielo y la tierra pasarán, pero las palabras del Señor permanecerán para siempre.