Esdras 8:22

Esdras 8:22 “La mano de nuestro Dios está, para bien, sobre todos los que lo buscan; pero su poder y su furor, contra todos los que lo abandonan”.
 
Esdras sabía muy bien que la gracia y la bendición de Dios siempre estaba sobre su pueblo y que, por el contrario, su furor recaía sobre todos aquellos que deciden darle la espalda. Habitar en el terreno de la obediencia a Dios es señal de estar bajo su cobertura, su gozo y su paz. Los rebeldes que deciden caminar por libre sin tener en cuenta a Dios y a su palabra experimentan las consecuencias de sus errores y pecados.
 
El ser humano disfrutaba de la plenitud del Señor y de cada una de sus bendiciones cuando se encontraba seguro en el huerto del Edén, pero todo cambió en el momento que decidió rebelarse contra el Creador. Debido a la maldición del pecado todos los seres humanos nos encontramos prisioneros en el terreno de este mundo, somos los enemigos de Dios y por lo tanto merecemos su santa ira y su furor por haberle abandonado. La buena noticia que nos ofrece el evangelio es que por medio de Cristo podemos ser reconciliados con nuestro Padre celestial y disfrutar de nuevo de su amor, su abrazo y su sonrisa.
 
Busca a Dios en todo momento y en todas las decisiones de tu vida para que las cosas tengan su bendición y su respaldo. La mano de Dios está sobre todos aquellos que hemos sido llamados a ser sus hijos por gracia. En medio del caos y de la tempestad de este mundo podemos caminar y vivir cada día con paz y seguridad en nuestro corazón porque tenemos la certeza que Dios está a nuestro favor. Nos encontramos bajo su mano y como dice las Escrituras “si Dios es por nosotros, ¿ quien contra nosotros?”.