Ester 8:16 ”y los judíos tuvieron luz y alegría, y gozo y honra”
En este momento de la historia el pueblo de Israel estaba sentenciando a muerte. El terrible Amán había conseguido su propósito: un edicto que facilitara el exterminio de toda la etnia judía. Pero gracias al clamor y a la intercesión que realizó Ester ante Asuero, los judíos obtuvieron perdón y liberación.
Solo aquel que ha estado esperando a ser ejecutado y obtiene la libertad puede describir la alegría y paz que siente el corazón ante tal maravillosa noticia. De la misma manera, cada uno de nosotros (que ahora somos hijos de Dios) hemos experimentado el ventajoso cambio de posición. Antes éramos prisioneros del pecado y del diablo; el futuro que nos deparaba era sufrimiento, agonía, muerte, el infierno por toda una eternidad. Gracias a la obra que Cristo realizó en la cruz del calvario, tenemos una nueva identidad por gracia y misericordia de Dios, contamos con el Espíritu Santo en nuestro interior, y con la seguridad de la salvación y la vida eterna.
¡Jamás olvides que el decreto de destrucción que había sobre tu vida fue cancelado por medio de la hermosa sangre de Jesucristo! Él actuó como tu representante e intermediario. Cristo, voluntariamente, recibió el golpe que nosotros merecíamos; y en Getsemaní se bebió el cáliz de la ira del Padre, para que todo verdadero creyente pudiera obtener luz, alegría, gozo y honra.