Ezequiel 14:6 “Así dice el Señor: Convertíos, volveos de vuestros ídolos y apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones”.
Dios por medio de su profeta, exhortó al pueblo para que se convirtieran de verdad y dejarán a un lado los ídolos y las abominaciones que estaban abrazando. El Señor es el único que conoce profundamente nuestro interior. Él sabe cuáles son los ídolos a los que estamos amando y sirviendo. Aunque casi siempre la idolatría externa gira en torno a objetos e imágenes, la raíz siempre se encuentra en el interior del ser humano.
Si deseamos ser libres de los ídolos que conquistan nuestras vidas, no sólo debemos deshacernos de ellos, sino que lo más importante es colocar en el trono de nuestro corazón a la persona de Cristo, para que Él llene todos nuestros vacíos. Cualquier ídolo tratará de ofrecernos aquello que sólo podemos encontrar en Dios. Convertirnos de los ídolos al Señor, significa realizar un giro y cambiar de dirección, en esto consiste el verdadero arrepentimiento.
Sólo a través del poderoso mensaje del Evangelio, podemos ser verdaderamente libres y felices. Debemos convertirnos de los ídolos, arrepentirnos a Dios por nuestros pecados y correr hacia Cristo para que Él sea el único Señor que se siente en el trono de nuestro corazón.