Ezequiel 19:4

Ezequiel 19:4 “Las naciones oyeron de él; fue capturado en la trampa que le tendieron, y lo llevaron con grillos a la tierra de Egipto”
 
Por medio de las imágenes de varios leones y una vid, el profeta Ezequiel se lamentó por los líderes y por la situación en la que se encontraba la nación. En esta parábola, la leona se refiere a la nación de Judá y los cachorros, a dos de los reyes que fueron llevados cautivos a Babilonia.
 
Antes de que se produzca la caída, siempre viene el orgullo y esto fue lo que sucedió con varios de los líderes de Israel. Los leoncillos que representan a los reyes de Israel, se sentían invencibles, pero finalmente cayeron en la trampa. Cuando somos insensibles al pecado, caemos en las trampas del diablo y sufrimos consecuencias. La insensibilidad rebela que tenemos un corazón duro y en rebeldía. El pecado daña principalmente nuestra relación con Dios, la relación con las personas, nuestra propia vida e incluso a nuestra ciudad o país.
 
Al igual que hizo el profeta Ezequiel, nosotros tenemos que clamar y lamentarnos por los pecados de nuestra nación y por todo lo que los seres humanos están realizando en su rebeldía contra el Señor. Debemos orar para que Dios se apiade y continue teniendo misericordia de los líderes y gobernadores del mundo. El corazón insensible, rebelde e indiferente a Dios y a su voluntad será atrapado por el diablo y vivirá con cadenas en el Egipto de esta sociedad. Solo Jesús puede liberarnos y transformar nuestros corazones para siempre.