Ezequiel 24:14

Ezequiel 24:14 “Yo, el Señor he hablado, y sucederá tal como lo he dicho. No me volveré atrás ni tendré piedad ni me arrepentiré; te juzgaré de acuerdo con tu conducta y tus obras, dice el Señor”
 
En esta profecía, Ezequiel comparó a Jerusalén como una olla hirviente. Esta descripción es un retrato trágico y una temible advertencia. A lo largo de toda su historia, Dios había dado muchas oportunidades a la olla para que fuera limpiada, pero el pueblo rehusó recibir la limpieza divina. Tras muchos años de gracia y misericordia, llegó el tiempo de encontrarse con el Señor para el juicio.
 
Lo mismo que le sucedió al pueblo de Israel es lo que les sucederá a todas aquellas personas que, durante toda su vida han estado viviendo de espaldas al Señor. Son muchos los que durante años oyen la palabra de Dios y siguen despreciando la buena noticia del evangelio. La escucha impenitente, lo único que hace es endurecer el corazón.
 
Dios es un Dios de gracia, de misericordia y de oportunidades, pero todo lo que el Señor ha dicho y prometido lo cumplirá. Una vez que llegue la muerte cada persona tendrá que enfrentar un juicio delante del Dios tres veces Santo, y en aquel lugar el Señor ya no tendrá piedad ni se arrepentirá. Todos seremos juzgados de acuerdo a nuestras obras y conductas. Sólo aquellos que se presenten delante del Juez Santo con las obras y la conducta de Cristo, serán librado del castigo eterno. Por favor, medita seriamente en esto, antes de que tu corazón deje de latir, corre hacia Jesucristo en arrepentimiento y fe porque solo a través de él podrás obtener el perdón de tus pecados y la salvación de tu alma.