Ezequiel 36:26

Ezequiel 36:26 “Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne”.
 
Los seres humanos fuimos expulsados de la presencia del Creador debido a la rebeldía contra Dios. El pecado ha dañado y afectado a toda la humanidad, todos somos pecadores y estamos completamente alejados del Señor. El hombre y la mujer no pueden en sus fuerzas o capacidades hacer nada para obtener la salvación. Nuestro principal problema no está fuera de nosotros, por mucho que inventemos religiones y tratemos de hacer cosas para llegar hasta Dios, jamás lo conseguiremos ya que, lo que tenemos depravado es el corazón.
 
Es Dios el único que puede y además, quiere hacer una obra profunda y radical en el interior de los seres humanos. Dios regenera a los pecadores por medio del poder de su Espíritu Santo. A través de esta profecía Ezequiel nos recuerda que es Dios el que hace la obra transformando el corazón, la mente, las emociones y la voluntad. Es realmente hermoso ver cómo Dios transforma corazones de piedra, insensibles, en corazones tiernos y obedientes.
 
Debemos adorar y agradecer a Dios cada día por la misericordia tan grande que Él tuvo con nuestras vidas. Este pasaje nos deja muy claro que es Dios el que hizo todo el proceso de salvación ya que continuamente se nos dice “yo haré”. Dios es el que busca, llama y transforma al pecador. Dios cambia el corazón idolatra por un corazón que desea amar, servir y adorar al Señor. Dios vence nuestra enemistad y nos pasa del terreno de los enemigos al terreno de sus amigos. Celebra y valora que Dios te ha transformado y salvado.