Ezequiel 37:5

Ezequiel 37:5 “Así ha dicho el Señor, a estos huesos: yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis”.
 
Ezequiel tuvo una visión profética donde el Señor a través de un valle de huesos secos le mostró a la perfección cuál es la condición espiritual en la que se encuentran todos los seres humanos. A lo largo de este pasaje, podemos ver la terrible condición en la que nos ha dejado el pecado. Estamos muertos y no podemos hacer absolutamente nada en nuestras fuerzas o capacidades para cooperar con Dios. El ser humano no quiere y además, no puede responder al mensaje del Evangelio, sin antes haber experimentado la intervención sobrenatural del Espíritu Santo.
 
Nosotros no estamos afectados o heridos por el pecado, estamos completamente muertos, nuestros corazones están depravados y sólo podremos responder al evangelio si la persona del Espíritu Santo actúa en nuestro interior. Es el Espíritu el que nos hace resucitar y obtener una nueva vida espiritual. Nosotros podemos predicar con argumentos, insistencia y pasión, pero nada sucederá en el corazón si el Espíritu Santo no produce el milagro de la regeneración o nuevo nacimiento.
 
Si crees, confías y amas al Señor es porque has experimentado un milagro impresionante. Si tienes tus sentidos espirituales activos es porque el Espíritu Santo en su soberanía sopló vida sobre tus huesos secos. Medita y reflexiona más en esta realidad para que puedas adorar con pasión cada día a aquel que vino a buscarte y a salvarte cuando estabas muerto en tus delitos y pecados.