Ezequiel 48:4

Ezequiel 48:4 “Esta es la tierra que repartiréis por suertes en heredad a las tribus de Israel, y estas son sus porciones, ha dicho el Señor”.
 
El libro y la visión de Ezequiel concluye mostrando cómo sería la división de la tierra y recordando la promesa de la presencia de Dios. La tierra fue dividida en herencias para siete de las doce tribus. La herencia del pueblo de Dios se centra y gira en torno a estar con Dios.
 
Actualmente, los cristianos tienen un adelanto de la presencia de Dios a través del Espíritu Santo. Sin embargo, creemos y sabemos que lo mejor está por venir. Muy frecuentemente, cuando pensamos en el cielo lo hacemos en términos de ausencia de dolor, pero la esencia del paraíso, es la presencia de Cristo. Cuando Dios cumpla todas las promesas del Pacto, los verdaderos hijos de Abraham habitarán con Él y verán su gloria.
 
Nuestra porción de tierra no se encuentra en ninguna parte de este mundo caído y depravado, nosotros estamos caminando hacia la tierra prometida la cual nos pertenece porque Cristo la ha conseguido para nosotros. Por toda la eternidad, habitaremos y disfrutaremos en una nueva tierra redimida y completamente glorificada. Aunque lo más importante que tendremos no será la tierra, sino que por fin habitaremos por siempre ante la maravillosa y dulce presencia de Dios.