Ezequiel 9:6

Ezequiel 9:6 “Matad a viejos, a jóvenes y a muchachas, a niños y a mujeres, hasta que no quede ninguno. Pero a todo aquel sobre el cual esté la señal, no os acercaréis; y comenzaréis por mi santuario”.
 
El profeta Ezequiel tuvo una visión donde el Señor le reveló la realidad y la dureza de su juicio. Sin importar la edad ni el género, todas las personas del pueblo estaban bajo la sentencia de muerte, excepto aquellos que estaban marcados. La señal identificaba a todos los que con sinceridad se lamentaban y arrepentían por sus pecados y por los que había cometido la nación.
 
De la misma manera sucederá en el juicio final. El Señor vendrá para acabar con todos los pecadores que han vivido en rebeldía. En medio de esta terrible situación, el evangelio ofrece una maravillosa noticia. Todos aquellos que se han arrepentido de sus pecados y han confesado a Jesús como Señor y Salvador están marcados por el Espíritu Santo. Por ese motivo, en el día del juicio no experimentarán el castigo ni la ira de Dios.
 
Cristo es el Sacerdote y el mediador encargado por Dios para distinguir entre aquellos que caerán bajo el juicio divino y aquellos que serán salvos por gracia. Qué descanso para el alma saber que estamos marcados por el Señor, somos parte de su pueblo elegido, somos sus hijos amados. Podemos mirar hacia el futuro con gozo, paz y esperanza en el corazón.