Isaías 11:9 “La tierra será llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar”.
El plan inicial del Señor cuando creó la tierra y a los seres humanos era que absolutamente todo y todos estuviesen llenos de su presencia. El Dios trino al crear decidió compartir su amor, su misericordia y su gracia con todas sus criaturas. Dios deseaba bendecir cada centímetro del planeta tierra, pero debido al pecado absolutamente todo se deterioró. La maldición del pecado arruinó el bello jardín de Dios, los hombres que disfrutaban cada día del paseo con el Creador fueron expulsados de su presencia quedando perdidos y errantes por el desierto de este mundo caído.
Dios podría habernos dejado completamente desamparados, pero Él que es rico en misericordia, decidió en su soberanía salvar a un pueblo por gracia. Ahora todos aquellos que hemos confesado a su hijo Jesús como nuestro Señor y Salvador tenemos la esperanza de regresar al hogar que Dios tiene preparado para su familia. La Biblia enseña que Dios restaurará la tierra en la que ahora nos encontramos para que sea un mundo ideal en el que podamos habitar por toda la eternidad.
Este mundo físico también será redimido por el Señor. Todo será hermoso y perfecto, habrá paz, gozo y armonía. En la nueva tierra ya no existirá jamás la tristeza, el dolor ni el sufrimiento. Disfrutaremos de una relación perfecta entre las personas y sobre todo experimentaremos la dulce compañía del Señor. Volveremos a vivir como se nos describe en los primeros capítulos del Génesis donde todo era bueno en gran manera. El plan inicial de Dios se cumplirá, sus propósitos serán realizados y por fin, como profetizó Isaías, toda la tierra será llena del conocimiento del Señor.