Isaías 23:9 “El Señor de los ejércitos lo decretó para envilecer la soberbia de todo esplendor, y para humillar a todos los ilustres de la tierra”.
A través de esta profecía realizada contra Tiro podemos ver las terribles consecuencias que tiene poner la identidad, el gozo y la seguridad en las riquezas. En este capítulo Dios advierte a todos aquellos que hacen del dinero y de las posesiones su principal meta en la vida. El dinero es uno de los dioses más grandes y fuertes que existen en este mundo. El dinero trata de seducirte con todos sus engaños para finalmente conquistar y esclavizar tu corazón.
Como dice la Biblia, el amor al dinero es la raíz de todos los males. Cuando nuestra vida se postra ante el dinero entonces viviremos por y para el dinero. Los seres humanos tratamos de obtener fama, poder, gloria, seguridad y felicidad buscando en los diferentes pozos que nos ofrece este mundo, pero esa agua jamás saciará nuestra alma. En lugar de poner nuestros corazones en las posesiones materiales, debemos buscar el reino de Dios ya que todo lo que obtengamos en esta Tierra quedará aquí cuando la muerte nos robe nuestro último aliento.
Vigila y analiza constantemente tu corazón para que no caigas en el error de poner tu alegría y tu confianza en el dinero, las posesiones o las cosas materiales las cuales son completamente inestables y efímeras. Aférrate al Señor, confía y depende completamente de aquel que ha prometido cuidarte y darte el pan que necesitas cada día. No dejes que ningún falso ídolo te aleje del único Dios verdadero. Trabaja, invierte y desgasta toda tu vida para conseguir tesoros en el cielo.