Isaías 3:13 “El Señor está en pie para litigar y para juzgar a su pueblo”.
A través de este triste capitulo se nos muestra como los efectos de la religión corrupta finalmente siempre terminan afectando y corrompiendo a la sociedad y a toda la nación. Cuando la espiritualidad no es sana todo se daña y además nos colocamos en el terreno donde podemos experimentar la ira y el juicio de Dios. Esto fue lo que le sucedió a Israel en los tiempos de Isaías y lo que le puede suceder a muchas naciones que le dan la espalda al Señor en pleno siglo XXI.
El materialismo vano y superficial era también otra de las señales que caracterizaban los días del profeta Isaías, y precisamente esta es una de las marcas de nuestros tiempos y de nuestra generación. Los israelitas sufrieron la consecuencia de estar bajo un liderazgo de gobierno débil e ineficaz. Si meditas un poco sobre nuestra situación podrás ver claramente como nosotros nos encontramos en una situación muy similar. Cuando leemos el libro de Isaías parece que estamos leyendo el periódico de esta mañana.
Vivimos tiempos de apostasía y decadencia espiritual, nuestra sociedad es superficial y materialista y nuestros gobernadores se dedican a aprobar leyes que atentan contra la ley y la voluntad de Dios. El juicio y la copa de la ira ya están preparadas para ser derramadas sobre las naciones paganas, por ese motivo debemos arrepentirnos, pedir perdón por los pecados de nuestra nación, predicar con intensidad el mensaje del evangelio y orar para que Dios tenga misericordia y continue salvando antes de su regreso.