Isaías 4:2

Isaías 4:2 “En aquel tiempo, el renuevo del Señor será para hermosura y gloria, y el fruto del país para grandeza y honra a los sobrevivientes de Israel”.
 
Este capítulo tan corto comienza haciendo referencia al juicio, pero rápidamente realiza un giro y pasa al maravilloso tema de la salvación. En medio de la oscuridad se nos presenta la luz y el consuelo que solo ofrece la persona de Jesús. Estas palabras son una profecía mesiánica que apunta a la venida y al establecimiento final de Cristo como Señor y Salvador de su pueblo.
 
Los israelitas en medio de tanta corrupción, decadencia espiritual y opresión por parte de sus enemigos tenían siempre la esperanza de obtener la bendición y la paz que el Señor había prometido sobre Jerusalén. La ciudad elegida por Dios disfrutaría de un futuro glorioso después de tanto tiempo de sufrimiento.
 
Nosotros sabemos que ahora en el nuevo pacto todos los que somos llamados hijos de Dios formamos parte del Israel espiritual que es su pueblo. Muchas de las promesas y de las profecías dadas en el Antiguo Testamento para la nación de Israel ahora recaen sobre aquellos que somos la iglesia del Señor. Por este motivo sabemos y tenemos la seguridad y la convicción que cuando atravesemos el túnel del dolor y del sufrimiento veremos la gloriosa luz de Cristo. Dentro de muy poco nos encontraremos y abrazaremos a nuestro amado Señor y Salvador. Estaremos y disfrutaremos de una eternidad con el Hijo y el Padre en la nueva Jerusalén con todos los que hayamos sido redimidos a través de la obra que Jesús realizó en la cruz del calvario.