Isaías 37:17

Isaías 37:17 “Inclina, Señor, tu oído, y oye; abre, Señor, tus ojos, y mira”.
 
Ezequías clamo al Señor en medio de su situación porque él sabía que lo más importante era dejar sus cargas delante del Dios que oye y ve todas las cosas. Son muchas las personas que tratan de comunicarse con ídolos que tienen ojos pero no ven y que tienen oídos pero no oyen. Por el contrario, nosotros, los que hemos confesado a Cristo como nuestro Señor y Salvador, tenemos comunicación directa con el Dios Eterno. El Creador es ahora nuestro Padre y él, cómo un buen padre, está atento a los detalles y las necesidades de cada uno de sus hijos.
 
Valora, disfruta y sobre todo aprovecha la oportunidad y el privilegio que tienes de poder comunicarte directamente con Dios sin ningún tipo de intermediario. Relaciónate cada día con tu padre espiritual, cuéntale tus alegrías, tus deseos y tus necesidades. La mirada del Santo está sobre tu vida y sus oídos atentos a tu clamor. Por ese motivo no debes temer a nada ni a nadie porque el Todo Poderoso camina a tu lado.
 
Aprovecha el maravilloso regalo de la oración, habla cada día y en todo momento con el Señor. Vive y pasea ante la atenta mirada del Dios que te ve. Deja cada una de tus cargas en las manos del único que puede cambiar y solucionar absolutamente todo. Si eres consciente de las implicaciones que tiene la oración dejaras de tener temor, ansiedad y depresión. Recuerda que la palabra nos invita a ir confiadamente ante el trono de la gracia para tener una conversación con tu amado Padre Espiritual.