Isaías 38:17

Isaías 38:17 “Ezequías enfermó de muerte. Y el profeta Isaías hijo de Amoz vino a él y le dijo: Esto dice el Señor: Pon en orden los asuntos de tu casa, porque vas a morir; no te curarás”.
 
¿Te has preguntado alguna vez qué harías si conocieras el día exacto de tu muerte? ¿Qué harías si supieras que hoy es tu ultimo día y que mañana no volverías a ver el sol del amanecer? La muerte es un asunto realmente incomodo sobre el que hablar. La gran mayoría de los seres humanos tratamos de llenar nuestras vidas de activismo, distracciones y ruidos para no enfrentar la realidad de que un día moriremos y dejaremos de existir en este mundo. Pero lo cierto es que sabemos que todos vamos a morir y que no sabemos cuándo sucederá. Por eso sería muy importante que estuviésemos preparados para este acontecimiento tan importante.
 
Dios, a través del profeta, le dijo claramente a Ezequías que iba a morir y le aconsejó que pusiera en orden todos los asuntos de su casa. Sabemos que Ezequías clamó al Señor y finalmente el reloj de su vida se extendió otros 15 años más. Nosotros no sabemos cuánto tiempo nos queda, no sabemos si hoy será el último día en nuestro trabajo, si será la última vez que comamos con nuestra familia o si este es tu último devocional.
A través de esta reflexión me gustaría hacerte meditar en la realidad de la muerte y sobre todo en la importancia de estar preparado para cuando nuestro corazón deje de latir.
 
Lo más urgente que tenemos que hacer no es ordenar nuestra casa, despedirnos de nuestros seres queridos o realizar un testamento. Lo más importante para encarar y recibir a la muerte es tener la absoluta certeza y seguridad de que tienes la salvación de tu alma a través de la Gracia de Dios y la Fe en Jesucristo. Muchos creen que la muerte es el fin, pero eso no es real ya que la muerte es el principio hacia la eternidad. El destino de nuestras almas está en juego. Por eso es importante que estemos en orden y en paz con Dios. Por favor reflexiona en este día donde pasarás el resto de tu eternidad cuando la muerte te visite sin avisar.