Isaías 45:18

Isaías 45:18 “Porque así dice el Señor, que creó los cielos. Él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso. No la creó en vano, sino que para que fuera habitada la creó: Yo soy el Señor y no hay otro”.
 
A través de este sencillo y breve versículo podemos encontrar la respuesta a las grandes preguntas que tiene el ser humano sobre la existencia de Dios, la creación del mundo y el propósito de la vida. Analiza con detenimiento estas palabras, medita en ellas y créelas con todo tu corazón. Dios es real, existe por toda la eternidad y no hay otro Dios fuera de Él. También se nos dice claramente que Dios es el creador de los cielos, de la Tierra y que Él creó este mundo para ser habitado por la humanidad.
 
El propósito principal que tuvo Dios al crear la Tierra fue colocar a los seres humanos en un lugar maravilloso donde todos pudieran disfrutar de una relación personal e íntima con el Creador. El ser humano fue creado para adorar al único Dios verdadero pero debido a la desobediencia, la rebeldía y la consecuencia del pecado absolutamente todo cambió. Ahora los seres humanos adoran a la creación y a las criaturas antes que al Creador, dudamos e incluso negamos la existencia de Dios y además pensamos que el mundo y el universo se crearon solo por medio de una explosión.
 
Aquellos que sacan a Dios de la ecuación simplemente se quedan con una vida en la cual hay que tratar de exprimir al máximo porque en cualquier momento puede desaparecer. Sin Dios este mundo no tiene sentido. Sin Dios no hay normas y lo más terrible no hay ningún tipo de esperanza para cuando la muerte nos visite. Pero si por el contrario crees en Dios y pones toda tu confianza en Él, entonces cuando todo esto termine podrás volver a la casilla de salida. Estaremos con Dios por toda una eternidad, habitaremos en una nueva Tierra y disfrutaremos adorando al único Dios verdadero.