Isaías 58:11 “El Señor te pastoreará siempre, en las sequías saciará tu alma y dará vigor a tus huesos. Serás como un huerto de riego como un manantial cuyas aguas nunca se agotan”.
Dios, a lo largo de todo la Biblia, pretende mostrar a su pueblo y a cada uno de sus hijos como su amor, misericordia y fidelidad son absolutamente incondicionales. El Señor, a pesar de nuestros errores y de nuestra rebeldía, ha decidido estar siempre a nuestro lado para pastorearnos. Él es el fiel pastor que cuida y protege a cada una de sus ovejas.
En medio del mundo caído en el que nos encontramos nuestra alma constantemente sufre, teme y se preocupa por diversas circunstancias, pero Dios ha prometido saciarnos con sus bendiciones, darnos fortaleza y vigor en los momentos en los que nos sintamos abatidos y sin fuerzas. El Señor es el manantial fresco e inagotable donde todos debemos ir para beber cada día.
¡Qué hermoso es meditar y acampar sobre las promesas que Dios nos ha dado a todos aquellos que somos sus hijos! Busca su rostro cada día y deja que la dulce presencia del buen pastor te acompañe, te guie y llene todos los rincones de tu alma.