Isaías 60:1 “¡Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz y la gloria del Señor ha nacido sobre ti”.
El Señor prometió que cuando Él regrese traerá gran bendición y una hermosa gloria para todos aquellos que forman parte de su pueblo. Nosotros debemos resplandecer y ser luminares en medio de este mundo de tanta oscuridad. Esto solo lo podremos hacer si contamos con la gloria del Señor que es su amado hijo Jesucristo, el cual ha venido para rescatar a su pueblo y hacerlo brillar en medio de tantas tinieblas y maldad. Como nos recuerda la Biblia y precisamente dijo Jesús: “nosotros somos la luz del mundo”.
Aquellos que formamos parte del pueblo de Dios tenemos un maravilloso propósito en la vida que consiste en resplandecer y mostrar la gloria de Dios, de Jesucristo y del Evangelio. Levántate con el poder del Señor y cumple tu función. Recuerda que tu vida es una poderosa luz y que sirves para alumbrar a todos aquellos que caminan perdidos en la oscuridad. Somos antorchas vivas y, al igual que un faro, nuestra responsabilidad es guiar a las almas que nos rodean hasta los pies de Jesús.
¡Qué maravillosa noticia saber que somos luz, que a través del Espíritu Santo contamos con luz en nuestro interior y que por la esperanza que tenemos en Jesucristo dentro de muy poco por fin disfrutaremos de la gloriosa luz del Señor por toda la eternidad! Saber y creer todas estas verdades deberían animarnos e impulsarnos a ser fieles y sobre todo a no esconder jamás la luz que tenemos del Señor.