Isaías 61:1-2

Isaías 61:1-2 “El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido el Señor. Me ha enviado a predicar buenas noticias a los pobres, a vendar a los quebrantados de corazón, a anunciar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad del Señor”.
 
Esta profecía de Isaías fue las palabras que compartió Jesús en la sinagoga cuando predicó por primera vez. Todo el pueblo de Israel llevaba siglos esperando el cumplimiento de esta anhelada promesa cuando, de repente, un joven de treinta años recién llegado de la humilde aldea de Nazareth se presentó diciendo que esa profecía hablaba precisamente de él. Imagínate el caos, la expectación y la locura que generó Jesús entre todos los judíos cuando escucharon esta declaración.
 
Pero lo cierto es que todo lo que dicen estos dos versículos se cumplen única y exclusivamente en la maravillosa persona de Jesús. Estas palabras resumen y anuncian a la perfección el glorioso mensaje del Evangelio: Jesucristo fue ungido y enviado por el Dios Eterno para para buscar y salvar a los pecadores. Cristo es el que puede sanar los corazones quebrantados y liberar a todos los cautivos y prisioneros del diablo.
 
Cree con todo tu corazón y confiesa con tus labios que Jesús es el Señor y obtendrás la salvación por gracia. El evangelio es el mensaje que puede restaurar y transformar toda tu vida. Corre hacia Jesús en arrepentimiento y fe para que puedas recibir el beso y el abrazo del Padre.