Isaías 6:3

Isaías 6:3 “Se gritaban entre sí, diciendo: ¡Santo, santo, santo, Señor de los ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!”.
 
Esta es una de las más famosas visiones que tuvo el profeta Isaías. En medio de un tiempo realmente complicado, a este hombre se le mostró una escena realmente espectacular. Isaías pudo ver a varios serafines adorando y declarando la santidad del Señor. En hebreo se usa las repeticiones para expresar superlativos, por ese motivo a través de este pasaje podemos entender que Dios es infinitamente Santo. Su santidad y su gloria lo llenan absolutamente todo.
 
Probablemente ninguno de nosotros tenga una experiencia similar a la de Isaías, pero aquellos que somos creyentes podemos contemplar la hermosura y la santidad de Dios a través de los ojos de la fe. En medio de la crisis, los rumores de guerra y todo el caos en el que se encuentra nuestro mundo, nosotros podemos y debemos alzar nuestra mirada hacia el cielo para contemplar al Dios tres veces Santo. Al igual que los serafines, debemos perdernos en la grandeza, belleza y santidad del Señor.
 
Cuando contemplamos a Dios en su trono obtenemos paz, seguridad y confianza. Cuando contemplamos a Dios vemos nuestra pequeñez y su grandeza, comprendemos como Isaías que somos depravados y que Él es absolutamente perfecto y Santo. Cuando contemplamos a Dios dejamos de mirarnos a nosotros mismos y vivimos felices en el terreno del auto olvido. Cuando contemplamos a Dios somos libres del egoísmo y de la superficialidad de nuestra sociedad. Cuando contemplamos a Dios recordamos que somos peregrinos, que estamos de paso por este mundo y que el verdadero sentido y propósito de nuestra vida es disfrutar de Dios y darlo a conocer.