Lamentaciones 1:1

Lamentaciones 1:1 “¡Qué sola ha quedado la ciudad populosa! La grande entre las naciones se ha vuelto como una viuda; la señora de provincias ha sido hecha tributaria”.
 
En el primer capítulo del libro de lamentaciones, el autor nos describe a Jerusalén como una viuda que se encuentra en gran aflicción y angustia. La nación rechazó las advertencias dadas por el Señor y finalmente terminaron alejándose de Dios y sufriendo terribles consecuencias en manos de los babilonios. Israel era el pueblo y la amada del Señor, pero debido a su rebeldía perdió a su marido, quedando como una pobre viuda desamparada.
 
Esta lamentable escena nos recuerda dónde pueden llegar nuestras vidas cuando decidimos rebelarnos y alejarnos del Señor. En el terreno de la obediencia se encuentra el gozo, la alegría y la paz que tanto anhelan nuestras almas. Pero separados del Señor, lo único que encontraremos será aflicción, angustia y tristeza para nuestras vidas.
 
Aunque la ciudad de Jerusalén perdió toda su gloria y hermosura, el Señor, como un fiel esposo, continuó cuidando y protegiendo a su pueblo. Cada uno de nosotros, a lo largo de nuestras vidas, fallamos constantemente al Señor e incluso en muchas ocasiones corremos hacia nuestros amantes, que nos prometen mucho, pero al final nos lo roban todo. Lo increíble y maravilloso de Dios, es que Él jamás nos abandonará y siempre estará dispuesto a perdonarnos, restaurarnos y recibirnos en sus brazos de amor.