Nehemías 12:43 “Aquel día se ofrecieron numerosos sacrificios, e hicieron fiesta porque Dios los había colmado de gozo”.
Este fue uno de los momentos culminantes en el libro de Esdras y Nehemías. Después de tanto tiempo, lucha, esfuerzo y sufrimiento, por fin los judíos pudieron realizar la dedicación de los muros y de Jerusalén. La restauración de toda la ciudad y el avivamiento espiritual que Dios derramó sobre su pueblo trajo un tremendo gozo a todos los corazones.
Algún día, no muy lejano, estaremos disfrutando de la fiesta eterna que el Padre está preparando para cada uno de sus hijos. En la nueva ciudad donde habitaremos por siempre experimentaremos un gozo inefable. Jamás debemos de olvidar que aquellos que hemos sido redimidos por Cristo tenemos un llamado a la gloria, la honra y la inmortalidad.
Qué emocionante es imaginar todo lo que nos espera tras la muerte. Nosotros los creyentes podemos caminar y avanzar por el desierto de este mundo con la certeza de que algo mucho mejor nos espera. La esperanza es el ancla que nos sostiene en medio de todas nuestras tempestades. Así que recuerda, cuando tengas un mal día, que la fiesta está preparada y que dentro de muy poco, Dios te colmará de gozo por toda una eternidad.