Nehemías 2:1

Nehemías 2:1 “Ellos respondieron: ¡Levantémonos y edifiquemos! Así, esforzaron sus manos para bien”.
 
Nehemías, antes de comenzar el arduo trabajo que tenía por delante, lo primero que hizo fue dedicar mucho tiempo a la oración. Él sabía que si Dios no iba delante del proyecto nada saldría bien. Primero, oró y segundo, planificó absolutamente todos los detalles para el gran reto que tenía por delante. Nehemías nos enseña el modelo y el camino de un buen liderazgo: primero debemos orar, luego planificar y finalmente crear un equipo para trabajar.
 
A veces lo más complicado precisamente es tener un buen grupo de personas que quieran dejar su comodidad para invertir sus vidas en la extensión del Reino de Dios. Jesús nos dijo claramente que oremos al Padre para que envíe obreros porque el trabajo es mucho y lamentablemente, en ocasiones, los obreros son pocos. Gran parte de los judíos se habían acostumbrado a vivir entre escombros y con la ciudad llena de ruinas, por eso Nehemías tuvo que animar, confrontar y exhortar al pueblo para que entendieran que todo podía cambiar.
 
Cuando Dios tocó el corazón del pueblo ellos gritaron la famosa frase: ¡Levantémonos y edifiquemos! No sé cómo te encuentras en estos momentos, quizás estás desanimado o te encuentras viviendo entre escombros. Piensa qué estás haciendo con tu tiempo, tus recursos y tus dones. Medita si estás trabajando o si por el contrario eres un consumidor. Créeme que hay muchísimo trabajo por hacer, Dios continúa buscando y llamando a hombres y a mujeres que estén dispuestos a servirle, así que deja ya el sofá, apaga la tele, desconecta las redes sociales, quítate el pijama de la comodidad y dile al Señor: “Cuenta conmigo, yo estoy dispuesto a levantarme y a edificar”.