Nehemías 5:19 “Acuérdate de mí para bien, Dios mío, y de todo lo que hice por este pueblo”.
El pueblo judío no solo tuvo que luchar y solucionar problemas con enemigos externos, también tuvo muchas situaciones complicadas internamente con personas de la propia comunidad. Esto nos recuerda que los creyentes, en ocasiones, tendremos situaciones difíciles tanto con personas incrédulas como con nuestros hermanos en la fe. Aún nosotros mismos podemos tener actitudes que no son correctas y que dañan a otros, por ese motivo es muy importante que analicemos constantemente nuestras vidas.
Nehemías llevó a cabo un arduo trabajo edificando la ciudad físicamente, luchando contra los enemigos, restaurando las relaciones que estaban rotas y avivando la espiritualidad del pueblo. Por todo esto, él pidió al Señor que no olvidara todo el trabajo y esfuerzo que había realizado. Con esta petición Nehemías no estaba tratando de obtener la salvación o las bendiciones a través de las obras, pero sí tenía fe en que el Señor recompensa a todos aquellos que lo buscan y trabajan con un corazón genuino y sincero.
Nosotros, al igual que Nehemías, debemos trabajar arduamente para cuidar a la iglesia tanto externa como internamente. Trata por todos los medios siempre de ser un pacificador para buscar la restauración y la reconciliación entre las personas. Todo lo que hacemos para el Señor, Él lo observa con atención, creemos que Dios siempre nos bendice y nos recompensará de diversas maneras el trabajo que realizamos por amor a su nombre.