Oseas 2:2

Oseas 2:2 “Por eso voy a seducirla; la llevaré al desierto y hablaré a su corazón”.
 
La relación entre Oseas y Gomer fue completamente inestable. Mientras que Oseas se mantenía siempre fiel, por el contrario, Gomer una y otra vez era infiel a su marido corriendo hacia los brazos de sus amantes. Por medio de esta historia basada en hechos reales el Señor desea enseñarnos como es la relación que Él tiene con su pueblo, que somos cada uno de nosotros.
 
En ocasiones, cuando le hemos dado la espalda al Señor y corremos hacia nuestros amantes como Gomer, el Señor, en su amor para atraernos de nuevo hacia sus brazos tiene que disciplinarnos enviándonos una temporada al desierto. La gran mayoría de las veces el desierto en la Biblia representa prueba, sufrimiento y aflicción, un lugar donde lo que predomina es la soledad y la escasez. Pues precisamente para seducirnos y tratar con nuestras almas, muchas veces el Señor debe llevarnos una temporada al desierto.
 
En ocasiones somos tan necios y tan rebeldes que necesitamos una cita con Dios en el desierto para ser tratados y encontrarnos con aquel que nos ama con un amor eterno. Todos nosotros cuando estamos atravesando un desierto en nuestras vidas deseamos salir corriendo de ese lugar y que esa etapa no dure mucho tiempo, pero jamás debemos olvidar que precisamente son en los desiertos donde podemos encontrarnos cara a cara con nuestro amado Señor y Salvador.